- Acido graso omega 9 - 6 junio, 2019
- Los omegas, las grasas saludables - 28 marzo, 2019
- Consejos para realizar la compra - 14 febrero, 2019
Continuando con nuestro repaso vitamínico esta semana vamos a hablar de la vitamina C y D. Realmente sobre la vitamina C ya os postee un artículo al cual os remito pinchando aquí; así que en este artículo hablaremos de la vitamina D.
La vitamina D es una vitamina liposoluble, y entre sus funciones principales cabe destacar que interviene en la formación del hueso y los dientes, favoreciendo la absorción del calcio a nivel intestinal. Por el contrario, un déficit de esta vitamina puede causar osteoporosis y raquitismo.
Además, la vitamina D es muy importante para otras funciones del cuerpo; por ejemplo, los músculos la necesitan para el movimiento, los nervios para transmitir los mensajes al cerebro y al resto del organismo, el sistema inmunitario la usa para combatir virus y bacterias,…
La vitamina D la obtenemos principalmente de la leche, productos lácteos y los huevos; aunque una parte importante es la obtención de vitamina D a través de la exposición a los rayos UV del Sol.
En las zonas más tropicales suele ser suficiente el aporte solar para la obtención de vitamina D y algo de la alimentación, sin embargo, en otros lugares o en ciertas situaciones se hace recomendable tomar suplementos de vitamina D. Las cantidades recomendadas de esta vitamina varías según la etapa de nuestra vida y se recoge en la siguiente tabla:
ETAPA DE LA VIDA CANTIDAD RECOMENDADA
Bebés hasta los 12 meses de edad 400 UI
Niños de 1 a 13 años de edad 600 UI
Adolescentes de 14 a 18 años de edad 600 UI
Adultos de 19 a 70 años de edad 600 UI
Adultos mayores de 71 años 800 UI
Mujeres embarazadas y en período de lactancia 600 UI
Como podemos observar en la tabla existen momentos y etapas en las cuales es necesario un aporte extra de vitamina D, como es el caso de los lactantes, ya que en la leche materna no se encuentra esta vitamina, por lo que debemos suplementar con 400 UI/día. Los adultos que no toman el sol, las personas mayores (que sus riñones ya no convierten la vitamina D en su forma activa), o las personas de piel oscura que tienen menor capacidad para producirla por la exposición solar, deben suplementarse. En cuanto a patologías cabe destacar la insuficiencia renal, Crohn o celiaquía (que carecen de un control de las grasas y la vitamina D las necesita para absorberse), o la obesidad como motivo de tomar un extra de vitamina D.
¿Qué alimentos son ricos en vitamina D?
Realmente son pocos los alimentos que se pueden considerar ricos en esta vitamina, aunque en mayor cuantía se encuentran de forma natural en los pescados grasos (salmón, atún, caballa), el queso, la yema del huevo, y los hongos. Además, obviamente, todos los productos “enriquecidos” que están tan de moda, aunque es recomendable consultar el etiquetado de las mismas.
Seguro que más de uno está pensando ahora mismo, “ya,.. pero con todo lo que tomo yo ya de medicación no sé si debo”. Lógicamente se le debe comentar al médico o a su farmacéutico si está tomando algo además de lo recetado o en caso de querer introducirlo preguntar antes para tenerlo en cuenta. Los medicamentos no sólo interfieren entre ellos, sino que también pueden variar por otras sustancias que aunque sean “naturales” influyen. Ésto se ve de forma muy clara con el sintrom y los vegetales de hoja verde, pero en otros aspectos no solemos echarle mucha cuenta. Pues bien, la vitamina D es una de esas sustancias que interaccionan con algunos medicamentos, como por ejemplo:
– La prednisona y otros corticoesteroides, que alteran la forma de usar el organismo la vitamina D. Es por eso por lo que los antiinflamatorios no se deben usar de forma crónica, ya que con el tiempo provocará una disminución de la absorción de calcio y una perdida de masa ósea.
– El orlistat, que es un medicamento usado para adelgazar y la colestiramina, utilizado para disminuir el colesterol, pueden disminuir la absorción de la vitamina D (que recordemos que es liposoluble, es decir, que se encuentra en las grasas) y todas las vitaminas liposolubles (A, E y K).
– El fenobarbital y la fenitoína, que actualmente están bastante en desuso, y se usaban para prevenir y controlar los ataques epilépticos, facilitan la descomposición de la vitamina D, por lo que provocan una disminución de la absorción de calcio.
Así que ya sabéis, es época de tomar el sol, salir a la calle y disfrutar con los amigos, aunque siempre con responsabilidad y con la precaución adecuada; usando los fotoprotectores solares adecuados para cada situación y sin abusar que al final todo abuso trae consecuencias.
Como siempre os digo podéis preguntarme cualquier duda que tengáis con respecto a este tema o cualquier otro mandándonos vuestro comentario. 😉
Últimos comentarios