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¿Por qué engordo? ¡No como tanto! No consigo bajar de peso por mucho que haga. Es genético y no puedo hacer nada, con la vida que llevo es normal.
Seguro que muchas de estas expresiones os son muy familiares o incluso son expresiones que vosotr@s mismos utilizáis en vuestra vida cotidiana. Ciertamente existen numerosas teorías acerca de por qué el cuerpo engorda y la más extendida es que se ingieren más calorías de las que el propio cuerpo quema a lo largo del día, esto implicaría que esas calorías de más ingeridas y no gastadas se acumularán para cuando el cuerpo lo necesite. Esta es la teoría más aceptada de todos los tiempos en relación a la obesidad aunque no es la única. Existen teorías que hablan de que la obesidad está escrita en nuestros genes, o que son un problema metabólico, o incluso que son el resultado de una serie de circunstancias ambientales. Yo soy partidaria de sumar parte de cada una de las teorías para obtener un “resultado óptimo” para cada caso; pero en este post quería centrarme en quizás la menos conocidas de todas, y es la teoría que habla de la interacción entre la flora intestinal propia de cada individuo y la obesidad.
La flora intestinal es la población de bacterias que habita en el tracto digestivo, sobretodo en el colon. Es un ecosistema complejo que incluye unos 100 billones de bacterias de entre 500-1000 especies distintas. La flora intestinal es colonizada durante la infancia aunque es un proceso lento y gradual que dura unos años hasta que finalmente se forma la flora autóctona de cada individuo.
La flora intestinal del adulto se encuentra localizada a lo largo de todo el intestino, desde el estómago hasta el colon, aunque el 90% de las bacterias microbianas que forman la flora intestinal se encuentran en el intestino grueso ya que la capa de moco de la barrera mucosa del colon sirve como nicho para esta colonización.
Los géneros que suelen poblar nuestro intestino son Bacteroides, Bifidobacterium, Eubacterium, Clostridium, Peptococcus, Eubacterium, … entre muchos otros. Seguramente algunos de ellos os suenan por algunos anuncios de la tele.
La flora intestinal es importante para nosotros ya que es la encargada de fermentar los hidratos de carbono y las proteínas y degradarlas a ácidos grasos de cadena corta que sean absorbibles, sintetizan algunas vitaminas necesarias para nuestro organismo, nos protege de la invasión de agentes infecciosos o del sobrecrecimiento de algunas poblaciones propias de la flora, influyen en la proliferación y diferenciación del epitelio intestinal y son especialmente importantes en el desarrollo y modulación del sistema inmune. Por todo ello es muy importante que mantengamos nuestra flora sana y en equilibrio y tener en cuenta que los antibióticos son antimicrobianos y nos alteran nuestra flora, al igual que la ingesta de alcohol, fumar, estilo de vida,… por lo que debéis contrarrestar el efecto de los mismos con la toma de probióticos.
Pero sin salirme mucho del tema que me trae hoy aquí vuelvo a la teoría de la obesidad que os comentaba. Según una serie de estudios realizados cuanto más rica sea la diversidad bacteriana más fácil será mantenerse en el peso corporal ideal, por lo que otros factores de riesgo como el sedentarismo o la mala alimentación quedarían en un segundo plano, aunque no se anulan por completo. “La riqueza bacteriana favorece la digestión de alimentos ricos en fibra o carbohidratos y protege al organismo contra las bacterias malas” que son la causa de diversas infecciones y enfermedades, según asegura el catedrático en microbiología y coordinador de uno de los estudios Dusko Ehrlich.
En el estudio de Ehrlich comprobaron que el metabolismo de cada persona reacciona a los distintos nutrientes de diferentes maneras y muchos estilos de alimentación pueden ser preventivos de enfermedades relacionadas. “Es posible disminuir los factores de riesgo a la hora de contraer patologías de distinto orden mediante la dieta; por ejemplo, en el estudio descubrieron que las persona que siguen una dieta rica en frutas y verduras cuentan con una mayor diversidad bacteriana”.
Al margen de la evolución de la industria alimentaria, para mejorar la flora intestinal se recomienda reducir la ingesta de grasas, no abusar de los fármacos, consumir más alimentos crudos y realizar ejercicio físico.
En base a esta teoría existe el pensamiento de hacer un “trasplante de la flora microbiana” de una persona delgada a una persona obesa para lograr que baje de peso. Para demostrar esta teoría realizaron unos estudios con los ratones Pixi y Dixi y cambiando la microbiota de ambos vieron que el delgado engordaba y el gordo adelgazaba.
Con ello demuestran que su teoría es válida y es reconocida a nivel científico. Aun así sigo diciendo que realmente cada teoría tiene parte de verdad pero que no es el 100%, y que todos los factores influyen en todos los aspectos de la vida.
De todas formas en la Botica de Teté tenemos un servicio personalizado de dietética para cualquier persona en cualquier situación; bajada de peso, preparación para una competición deportiva, prevención o tratamiento dietético relacionado con patologías, malas digestiones, problemas para dormir, etc.

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