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En las últimas semanas me ha pasado algo en el mostrador de la farmacia que me ha llamado la atención. Lo normal en casi todas las farmacias es que se encuentre una zona infantil en donde las madres pueden encontrar cualquier cosa que necesiten para sus bebés o incluso niños pequeños. Uno de los productos que suelen encontrarse son las leches y los potitos. Pues bien, lo que me llamó la atención es que antes las madres confiaban en las marcas de calidad y los gustos de sus hijos, pero hoy por hoy se paran a mirar el etiquetado de los potitos.
Este hecho me gusta mucho ya que es lo que debemos hacer siempre, no sólo en la alimentación de nuestros hijos pequeños sino en cualquier producto de alimentación que llevemos a casa. Por desgracia, el motivo actual de este “evento informativo” es debido a las últimas noticias que han surgido acerca del aceite de palma, y sus problemas relacionados con la salud.
Esta semana quería aclararos cualquier duda que os surja al respecto y para ello os voy a hablar de todas las características del aceite de palma, intentaré dejar cualquier duda resuelta pero si no es así por favor no dudéis en preguntar lo que necesitéis.
El aceite de palma es un aceite de origen vegetal que actualmente se encuentra formando parte de multitud de productos alimenticios; es más, os animo a que os levantéis y miréis en vuestra despensa cualquier producto que encontréis y veréis como está presente hasta en lo más común e inimaginable.
En aceite de palma se extrae de los frutos de la palma africana, que es una planta perenne que puede llegar a unos 100 años de longevidad y hasta 40 metros de altura. Obviamente estos son datos de los “silvestres” ya que el uso productivo de la planta la consume en exceso y no llega a los 25 años de edad y unos 12 metros de altura.
La industria es la causante del posicionamiento que ha alcanzado este aceite, debido a que es muy barato y se consigue en grandes cantidades sin problema; es por ello por lo que se usa en multitud de productos, y no me refiero sólo a la alimentación, sino también en cosméticos, productos de limpieza, y un largo etcétera.
Hay muchas razones por las que el aceite de palma se ha convertido en uno de los más usados, y no sólo por su coste, sino por sus características: en alimentación aparece como sólido a temperatura ambiente pero con una textura untuosa, lo que permite cambiarlo en lugar de la mantequilla o cualquier otra grasa hidrogenada obteniendo productos más sabrosos y más consistentes.
* Cremas y coberturas
Se derrite a una mayor temperatura que el chocolate, por lo que mantiene las coberturas perfectas.
* Productos para untar
Debido a la cantidad de grasas saturadas que contiene se hace más fácil la propiedad de untuabilidad, por lo que actualmente está muy presente en las cremas de cacao y las margarinas.
* Snacks y pastelitos
En la bollería industrial, incluyendo las galletas y otros productos imilares, son las grasas hidrogenadas presentes, desplazando a la mantequilla que es más cara aunque más saludable.
* Platos precocinados
Esta grasa permite que se enrancie mucho menos y el coste es menor, por lo que se ha convertido en la “grasa base”
* Productos de limpieza
Forma una parte importante de la formulación de los jabones y detergentes ya que se usan como tensioactivos
* Cosméticos
Debido a la propiedad de untuabilidad son la base óptima para muchos productos de belleza y cremas corporales.
* Velas
Incluso en la fabricación de velas han sustituido a la cera o las parafinas.
Como podemos observar el aceite de palma está desplazando a las grasas hidrogenadas de muchos productos, lo cual por un lado es bueno ya que son nocivas para la salud. El problema de esta sustitución es que el aceite de palma es muy rico en grasas saturadas, por lo que nutricionalmente hablando no es la mejor alternativa posible.
Afortunadamente cada vez es más común la concienciación de la gente por saber qué come y gracias a que están obligados a detallar ciertos productos en el etiquetado podemos elegir con responsabilidad. El problema es que en muchas ocasiones no llegan a los niveles que les exigen para declararlos o los declaran con nombre técnicos o abreviados que realmente los consumidores de a pie no conocemos.
Pero entonces, ¿qué nos hacen realmente este tipos de grasas? Pues bien, como ya os comenté anteriormente el aceite de palma es muy rica en grasas saturadas, el problemas es que las grasas saturadas que contiene son ácidos grasos de cadena larga (aproximadamente un 50% de todas las que contiene). Este tipo de grasas, en un consumo prolongado y regular influyen de forma negativa en el metabolismo del colesterol, ya que provoca un aumento de los niveles de LDL en sangre, duplicando el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Os quiero recalcar lo de “consumo prolongado y regular” ya que ciertamente es una grasa, no de las más saludables, aunque tampoco será la culpable de que tengamos alto el colesterol si no la consumimos en exceso.
Como es habitual en mí, me reitero al decir que cualquier cosa es malo en exceso, por lo que esas “etiquetas sociales” que surgen de ciertas informaciones a medias suelen no ser ciertas al 100%. Obviamente os animo a que cambiéis, en la medida de lo posible, cualquier tipo de grasa por la de mayor calidad, el aceite de oliva virgen extra, nuestro oro líquido.
Espero haber solucionado vuestras dudas a este respecto y que si os surgen nuevas inquietudes no dudéis en contactar conmigo 😉
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