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Hoy es 31 de Mayo, Día Mundial Sin Tabaco, y es por ello por lo que quiero daros algunos datos que seguramente no conozcáis a cerca del tabaco.
Ya han pasado 5 meses del inicio del año nuevo y los propósitos de fin de año han quedado en el olvido. ENHORABUENA a todos aquellos que lo estáis intentando y a los que lo habéis conseguido, cada cigarrillo no fumado es un paso adelante. Como farmacéutica de farmacia comunitaria veo cada día en el mostrador la preocupación que existe de ganar peso a la hora de dejar de fumar, y es por ello por lo que, en víspera de las vacaciones, son muchos los que deciden que estas fechas son malas para intentar dejarlo.
Cuando se deja de fumar se producen momentos de ansiedad debidos a la falta de nicotina. Precisamente por ello y por el acto reflejo de fumar “llevándonos las manos a la boca”, es por lo que mucha gente sustituye los cigarrillos por comida. Actualmente se han realizado muchos estudios que demuestran que dejar de fumar no es sinónimo de engordar por el simple echo de la cesación tabáquica.
Por otro lado, sí es cierto que las personas fumadoras poseen un metabolismo basal ligeramente mayor, por lo que se asume que el tabaco tiene un cierto efecto termogénico; es decir, que quema las calorías más rápidamente. Es por ello por lo que al abandonar el hábito del tabaco se deben consumir menos calorías, ya que éstas se consumirán más lentamente.
El tabaco y las múltiples sustancias tóxicas presentes en los cigarrillos afectan a todo nuestro organismo. A nivel del aparato digestivo se provoca una peor asimilación de los alimentos y disminuye el apetito. A nivel hormonal la nicotina provoca la secreción de hormonas como la adrenalina o dopamina.
A nivel nutricional es importante saber que el tabaco altera ciertos niveles que os numero a continuación:
1.- Aumenta las concentraciones de colesterol en sangre (0,33 mg/dl por cigarrillo fumado)
2.- Aumenta el gasto energético en reposo.
3.- Disminuye las concentraciones de vitamina C ya que el organismo la usa para neutralizar los radicales libres liberados por el humo del cigarro.
4.- Altera el sentido del gusto y disminuye la percepción del sabor de los alimentos.
5.- Disminuye la concentración en sangre de vitamina B1, B2 y B5.
6.- Provoca deficiencia de ácido fólico que lo podemos detectar en una menor concentración de glóbulos rojos.
7.- Disminuyen las reservas de vitamina B12
8.- Aumenta la excreción de calcio.
9.-Disminuye la concentración de selenio ya que su poder antioxidante se usa al igual que la vitamina C.
Cuando se deja el hábito de fumar se van recuperando sentidos como el olfato y el gusto, y mejoran las digestiones. Esta recuperación puede ayudar a potenciar el hábito de comer y por ello se aumenta de peso.
Frente a la problemática que se nos plantea cuando viene un paciente para dejar de fumar pero tiene mucho miedo a ganar unos kilos tenemos unos alimentos aliados que nos pueden ayudar, como es el caso de los frutos secos, cereales del tipo avena, plátano o ensaladas para favorecer la relajación. Es importante tener siempre en casa frutas, hortalizas y yogures que nos ayudarán en los momentos de ansiedad.
El tabaco destruye los depósitos de ciertas sustancias en el organismo, por lo que para suplir posibles carencias es importante el consumo de ciertos alimentos tanto en el fumador activo como en el proceso de deshabituación, y aportan defensas extras al organismo para disminuir los riesgos del hábito de fumar.
Estos alimentos son:
– Ajo: tiene una capacidad antibiótica, previene enfermedades circulatorias y el cáncer, baja la tensión y disminuye el colesterol, favorece la digestión y funcionan como diuréticos.
– Coles: favorecen las digestiones y potencian los efectos de algunos antioxidantes de nuestro cuerpo. Además, son ricas en calcio, potasio y otros minerales y vitaminas C, E y las del grupo B.
– Zanahorias: son ricas en calcio y fibras, además de altos niveles de betacarotenos.
– Mostaza: es rica en vitamina C, B6, potasio, calcio, magnesio, fósforo y azufre.
– Regaliz: además de potenciar los antioxidantes es rico en flavonoides y parece que tiene acción antitumoral.
– Verduras de hoja verde: ricos en antioxidantes, betacarotenos, vitaminas C y E, potasio, magnesio, hierro, calcio, zinc y selenio. Además, contiene fibra en altas cantidades.
– Fruta: ricas en vitaminas
– Frutos secos: con efectos protectores cardiovasculares.
– Legumbres: con alto contenido en flavonoides
– Pescado azul: anchoas, sardinas, atún, bonito, salmón, etc.
– Aceite de oliva
– Té: rico en sustancias antioxidante, con acción diurética, antiinflamatorias y antibacteriana.
Os dejo un enlace en el que podéis acceder a un documento sobre el impacto del tabaco sobre la alimentación.
Y por supuesto no olvidéis que en vuestra farmacia, centro de salud,… pueden ayudaros a dejar el tabaco si os lo proponeis.
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