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Ya han vuelto los niños al cole y se acabaron las vacaciones para muchos. Este es uno de esos momentos en los que tenemos muchas intenciones para estudiar más y sacar buenas notas, no enfadarnos con el jefe a diario, disfrutar de la buena música cuando no encontremos aparcamiento,… y como no propósitos como el “voy a bajar los kilitos que he cogido en las vacaciones”.

Nos preparamos con la operación bikini para que en las vacaciones tengamos un aspecto estupendo y a la vuelta nos damos cuenta que hemos “disfrutado” algo más de la cuenta (gastronómicamente hablando). Estas dietas relámpago no son buenas para nuestro cuerpo ya que sufre bajadas y subidas de peso importantes en poco tiempo. Por ello os aconsejo que este año empezemos a prepararnos para estar divinas en las navidades, momento en el cual solemos adelgazar para las comilonas habituales de la fecha.

Como bien dice un anuncio de televisión que está ahora emitiéndose si repetimos algo durante 21 días de forma consecutiva se puede llegar a convertir de parte de nuestra rutina diaria. Basándome en ésto quiero daros unas pautas muy básicas de alimentación saludable:

  1. Hay que comer DE TODO. Todo es malo en exceso pero bueno en las cantidades apropiadas.
  2. En la variedad está el gusto. Es aconsejable que nuestra dieta sea variada porque así será mucho más fácil obtener los aportes necesarios de vitaminas y minerales que requiere el organismo.
  3. Nuestro organismo es sabio y necesita glúcidos, lípidos e hidratos de carbono para activar de forma adecuada toda su maquinaria. El cuerpo humano necesita que su alimentación diaria contenga entre un 10-15% de su dieta de proteínas, sobre un 30-35% de lípidos y el resto (50-55%) de carbohidratos.
    Las proteínas nos van a dar la “fortaleza” ya que nos aportan los aminoácidos con los que se forman los músculos, pero es importante que las proteínas que ingiramos sean (en su mayor parte) de origen vegetal y no animal; por ejemplo, el huevo es el alimento de mayor calidad de proteínas.
    Los lípidos, conocidos como las grasas, también son necesarias porque son las que permiten la quema rápida para obtener energía que se usa para el metabolismo, la sudoración, la fabricación de otros elementos,… Lo importante a tener en cuenta de los lípidos es que sean monoinsaturadas (grasas pequeñas con enlaces que se rompen fácilmente para degradarse de forma rápida) y aproximadamente no más de un 5% de las grasas pueden ser poliinsaturadas.
    Y los hidratos de carbono son los azúcares aunque no lo que nosotros conocemos como azúcar claro está. Sus moléculas son azúcares y se utilizan en multitud de procesos del cuerpo, entre otros, aportan mucha más energía que los lípidos. Nuestro cerebro se alimenta casi en exclusivo de ellos. Los carbohidratos deben ser la mayor parte de nuestra alimentación y además, en muchos casos, suelen serlo. Las pastas, arroces, … son carbohidratos. Lo bueno que tienen estos carbohidratos es que producen sensación de saciedad con una poca ingesta y además, esto lo saben bien los diabéticos, los de absorción lenta nos proporcionan un efecto saciante.
  4.  Las “dietas” como reducción de peso no deben saltarse ninguna regla anterior.
  5. El cuerpo es una máquina que está continuamente trabajando y que debemos “limpiarla” de los restos de fabricación, por lo que no olvidéis algo importantísimo, beber 1`5 – 2 litros de agua al día.

Lo más difícil es eliminar los azúcares como tal los conocemos, es decir, el dulce. Por ello la industria a buscado sustancias que nos proporcionen ese sabor dulce sin que nos aporten tantas calorías. Son lo que conocemos como edulcorantes incluso algunos de ellos tienen un grado de dulzor con un menor aporte calórico. Los más conocidos son la sacarina, el aspartamo, el ciclamato y la stevia que está en alza en estos momentos y es de ella de la que os quería contar algo más.

La stevia se obtiene de las hojas de la planta Stevia rebaudiana y tiene un pequeño regusto amargo. Debido a que los azúcares del steviol tienen hasta 300 veces el dulzor del azúcar son idóneos para usar en dietas bajas en calorías e incluso para diabéticos ya que no sube los niveles del azúcar en la sangre.

Entre las muchas propiedades de la stevia están el regular los niveles de azúcar en sangre (es más tiene una cierta acción hipoglucemiante en los diabeticos de tipo II no dependientes de insulina), reduce la presión arterial (por su alto contenido en potasio y magnesio que da un efecto hipotensor y cardiotónico), regula el aparato digestivo en general (por ser rico en fibra), reduce la grasa de las personas obesas (básicamente porque es acalórico y tiene un efecto saciante), ayuda a las personas con ansiedad, y además tiene efecto diurético.

Además contiene antioxidantes, hasta 6 veces más que el té, lo cual ayuda a prevenir problemas de circulación y lo que conlleva a un efecto antienvejecimiento. También tiene acción bactericida y cicatrizante, y contribuye a reforzar el sistema inmunitario y las defensas.

Si queréis conocer más cosas de la stevia podéis entrar en la página de la Asociación Española de la Stevia y resolver dudas. Aquí os dejo el enlace

Stevia

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