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Estamos en unas fechas en las que quién aún no ha brindado con amigos, compañeros,… está a punto de hacerlo con la familia; de nochebuena no pasa!

Pero, ¿sabemos realmente con qué brindamos y cuáles son las diferencias entre unos y otros?

Una de las mayores preguntas que cada año nos hacemos es, ¿champagne o cava?. Pues bien, realmente la diferencia entre uno y otro no es una única cuestión, ni dos,… sino que son muchos los puntos que diferencian a uno del otro.

Ambos son vinos espumosos con el mismo modo de elaboración tradicional. Dicho método lo desarrolló el genial Don Perignon. El nombre de Champagne procede de una región francesa, y es solo el vino espumoso de allí el que puede denominarse de tal forma. Hace ya bastante tiempo, a los vinos espumosos elaborados en España se les denominaron cava, aunque como digo ya hace mucho.

Obviamente, a parte de ésto existen diferencias importantes, como es el caso de la variedad de las uvas usadas, el suelo, el clima,…

En relación a la variedad de la uva, se usan las variedades de Parellada, Macabeo y Xarelo para la elaboración del cava; sin embargo, en el caso del champagne se usa la variedad Chardonnay y Pinot Noir. Lógicamente, hablamos de las más habituales, aunque no son las únicas.

Con respecto al suelo y clima tenemos que pensar en la zona del Penedés catalán, la zona donde se elabora la mayor parte del cava de España, con un clima mediterráneo. En la región de Champagne, el clima es mucho menos moderado, con una diferencia térmica muy grande.

El champagne se caracteriza por un subsuelo de caliza mezclado con sílice y recubierto por tierras gredosas que facilitan la aireación del terreno. En la región del Penedés, por el contrario, encontramos un terreno con caliza y una superficie de arcilla.

Con las distintas condiciones climatológicas, existen algunos aspectos fundamentales que influyen en la uva. Por ejemplo, el tiempo de maduración, que en el caso del champagne se retrasa al máximo, mientras que en España la maduración se ve facilitada. Al vendimiar antes se consigue que el cava no tenga ese sabor ácido que caracteriza al champagne. Para contrarrestar esa excesiva acidez añaden azúcares al mosto de fermentación, consiguiendo que el champagne sea a la vez ácido y dulce.

Pero sin duda, una de las cuestiones más miradas hoy día es el precio. Esta diferencia de precio se debe al mercado competitivo y a la exclusividad del vino. Los cavas de mayor consumo tienen uno precio menor a 10 €, ésto es algo impensable en un champagne, donde los más baratos están por encima de los 15 €. Pero cuidado, existen vino espumosos franceses más baratos, aunque no son de la región Champagne, pero si están elaborados con el método tradicional.

Por tanto, ni uno es mejor que el otro ni nada, es una simple cuestión de denominación de origen, en donde cada uno de ellos tiene sus propias características.

Como curiosidad quería comentaros que en Cataluña toman el cava como aperitivo, lo cual puede tener sentido si pensamos que las burbujas, tras una comida copiosa, nos puede producir una sensación de hinchazón y saturación del estómago.

Sea cual sea la elección final, champagne o cava, podemos encontrar el brut, seco, semiseco,… Personalmente prefiero el brut, pero realmente, ¿en que se diferencian?. La diferencia la encontramos en la dulzura del vino, de acuerdo a la cantidad de azúcar que se incluye en la segunda fermentación.

Brut, o casi seco, que no contiene más de un 1,5% de azúcar.
Extra Seco, es levemente endulzado, pudiendo contener hasta un 2% de azúcar.
– Seco, contiene hasta un 4% de azúcar.
– Semi Seco, lo suficientemente dulce conteniendo hasta un 8% de azúcar.
Seco, siendo la variedad más dulce y que generalmente alcanza valores de un 10% de azúcar.

Para finalizar este post, y teniendo en cuenta que estamos en Asturias, no debemos olvidar otra opción de brindis, la sidra. Organoléptica y nutricionalmente, no tiene nada que ver con los vinos espumosos, pero es una buena opción para brindar.

Así que elijáis la opción que elijáis, lo más importante es brindar por el año que acaba y que el año próximo sea mejor.
Desde la botica de Teté os deseamos unas felices fiestas y un próspero año 2018.

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