María José Cachafeiro
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El síndrome del ojo seco o xeroftalmia se produce cuando el ojo no es capaz de crear o de mantener una adecuada capa lacrimal y es una de las causas más habituales de molestias e irritación ocular. No es un problema grave pero sí que puede resultar muy molesto.

Las lágrimas están compuestas por agua, sales y enzimas bactericidas que tienen la función de limpiar el ojo eliminando polvo, microbios y sustancias extrañas, a la vez que lo mantienen hidratado y protegen la córnea.

Con cada parpadeo una pequeña cantidad de lágrima sale al exterior y se extiende recubriendo el ojo.

Síntomas:

  • Escozor, ardor o quemazón.
  • Visión borrosa
  • Sensación de sequedad
  • Sensación de arenilla o de tener algo en el ojo
  • Secreción blanquecina
  • Irritación, ojos rojos
  • Molestias con el uso de lentillas

Estos síntomas empeoran a lo largo del día, siendo más intensos por la tarde y por la noche. También al despertarse por la mañana.

Afecta a entre un 10 y un 30% de la población, siendo más común en personas de edad avanzada, aquellos que trabajan con ordenadores o en ambientes secos o cargados, mujeres postmenopáusicas, usuarios de lentillas,…

También pueden ser causa de ojo seco algunas enfermedades como lupus, artritis reumatoide o síndrome de Sjögren y la toma de algunos medicamentos antihipertensivos, antihistamínicos, antidepresivos, ansiolíticos, betabloqueantes, diuréticos o descongestionantes.

El tratamiento habitual consiste en el uso de lágrimas artificiales, unos colirios que imitan en lo posible la composición de las lágrimas naturales y/o de  pomadas oculares lubricantes. Las gotas deben utilizarse al menos 2-4 veces al día, pudiendo en algunos casos ser necesario su uso cada 2 horas.

Medidas preventivas y de apoyo al tratamiento:

Evitar aires acondicionados y calefacciones

Evitar ambientes muy cargados de humo y otras sustancias

En caso de ambientes muy secos utilizar humidificadores.

Evitar las corrientes de aire.

Si trabajas delante de una pantalla debes hacer pequeños descansos frecuentemente, cerrar los ojos unos segundos, mirara hacia lo lejos y parpadear varias veces para lubricar mejor los ojos.

Si padeces alguna otra patología ocular, los síntomas duran más de 7 días, tienes dolor o fotofobia y/o aparecen secreciones purulentas, debes acudir al médico para que valore tu caso concreto.

 

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